Dada una especie, cada individuo que la conforma, tiene un comportamiento común: la curiosidad. Este comportamiento puede entrañar riesgos: si un individuo se acerca sin saberlo a un sitio peligroso, puede que no salga con vida, pero puede pasar que se encuentre con una nueva fuente de recursos alimenticios o sea más seguro o beneficioso. La curiosidad es una apuesta para cada individuo, con un amplio espectro de resultados, desde un sitio paradisiaco hasta una trampa mortal. Para los afortunados, significa una gran mejora en sus vidas y muy probablemente haya reproducción, para los desafortunados, será el fin de su vida. Sin importar el resultado, la especie se beneficia porque a pesar de perder a los desafortunados, se extiende y prospera gracias a los afortunados.
Si cambiamos el escenario y no hay ese comportamiento de curiosidad en los individuos, entonces ese riesgo en particular de explorar nuevos terrenos desaparece: bueno para los individuos, pero malo para la especie porque se ha estancado en algún terreno. Y eso a largo plazo puede afectar catastróficamente a la especie si el terreno sufre un abrupto cambio, corriendo el riesgo de extinción.
Lo anterior es un ejemplo en el que los intereses de la especie rivalizan con los intereses del individuo.
Todo individuo busca defender su vida e integridad, pero ciertas obligaciones con su especie, no consigo mismo, hacen que esta misión de sobrevivir se torne muy difícil. Por ejemplo, la reproducción: los individuos toman riesgos altos para reproducirse (cambios corporales, enfrentamientos que pueden llegar a ser mortales o provocar graves daños como sucede en las peleas entre machos, defender las crías ante un peligro, etc.). Si un individuo pudiera tomar la decisión de no reproducirse, tendría mayores probabilidades de sobrevivir, pero sería malo para su especie.
Hasta la muerte misma, es un beneficio para la especie. En el caso de los humanos, es histórico que los avances en ciencia y tecnología son boicoteados por personas por diversos motivos, pero cuando mueren esas personas, esos avances siguen adelante ya sin obstáculos. Bueno para la humanidad, malo para cada individuo que muere.
En mi hipótesis del macro-organismo, cada individuo se especializa para hacer muy bien una función que beneficia al macro-organismo en general. Pero si ese individuo muy especializado se separa del macro-organismo por accidente, el destino es la muerte porque ya no puede defenderse por sí mismo, porque dependía completamente del intercambio de recursos con las otras partes del macro-organismo y no tiene tiempo, ni la capacidad para volver a ser autosuficiente.
¿Cómo algo no beneficioso para un individuo se instala en la especie? Un ejemplo: tenemos dos individuos A y B, A no envejece, no se reproduce, podría ser inmortal, salvo que no es invulnerable, debe consumir recursos y debe estar en ambientes no hostiles, en el caso de B, vive pocos años, pero tiene alta tasa de reproducción. Para A, todo termina ante un accidente, A muere y desaparece. En el caso de B, al dejar descendencia numerosa y esta a su vez deja más descendencia numerosa, los accidentes acabarán con la vida de algunos descendientes de B, pero no con todos. Luego, se puede decir, que los descendientes de B tienen muchas más probabilidades de seguir existiendo que A.