Mi proyecto de grado en la Maestría en Ingeniería (2009) fue sobre autómatas celulares: una serie de individuos que requieren diversos recursos que deben mantener en un rango específico según la especie, viviendo en un entorno donde diversos ambientes depositaban o recogían recursos en forma cíclica. Individuos que competían por los recursos y cuando había contacto podría pasar una agresión o una simbiosis. Esta simulación larga y compleja, me mostró que la selección natural era una propiedad emergente, no fue programada como sucedía con los algoritmos genéticos, los individuos que mejor administraran sus recursos sobrevivían y se reproducían (esto si debió ser programado). Ha pasado más de una década desde entonces, ha mejorado mi experiencia en desarrollo de software y es el tiempo de volver a estudiar esa simulación, rehacerla por completo, llevarla mucho más lejos (no solo a la supervivencia de individuos y estudiar estadísticamente el comportamiento de las poblaciones): hacia la emergencia de macro-organismos. La clave es la simbiosis, que fue muy tímido implementado en esa antigua simulación con intercambio de recursos y una métrica llamada confianza (medía si el contacto era mutuo provechoso u hostil).
Es un cambio total, y ese proyecto de la Maestría es una pista de lo que se viene:
1. Hay que hacer una simulación mucho más compleja.
2. Hay que ser muy cuidadoso en la implementación para hacer la simulación mucho más ágil.
3. Concentrarse en cómo debe ser la simbiosis (¿implementada o emergente?) y convertirlo en el aspecto principal.
La simbiosis es solo uno de los ingredientes para el macro-organismo, otro ingrediente es la especialización ¿Cómo hacer que un individuo se vuelva experto en un determinado aspecto? Considero que esto debe ser emergente, no programado, por lo que es más difícil de lograr. Seguro que hay otros ingredientes que en el momento en que escribo esto, se me escapan. Este es el inicio de una investigación interesante.