La naturaleza ha dado origen a criaturas inmortales, pero no invulnerables, aquellas que tienen reproducción asexual como las bacterias y los virus. Al reproducirse sacan copias perfectas de sí mismos (a excepción de las posibles mutaciones). Podemos decir que la bacteria de hace miles de años es la misma actual.
Los biólogos han acordado que el paso a reproducción sexual el cual generó un avance impresionante en la complejidad e inteligencia de los seres vivos también tuvo un efecto secundario: la muerte. En efecto, los padres no se clonan, los hijos son la combinación genética de dos padres. Inclusive este nuevo modo de reproducción dio origen a los géneros masculino y femenino.
En criaturas complejas como los humanos, la personalidad de cada individuo no es reproducible, los hijos de este individuo desarrollan su propia personalidad, y para aquellas personas que han compartido sus vidas con una mascota (perro, gato, ave o ser vivo complejo), saben muy bien que los animales tienen su propia "personalidad" única. Luego la muerte no solo elimina una combinación genética única sino también una personalidad única.
Uno pensaría que, si un organismo pudiera vivir eternamente, que el ritmo de recuperación de su cuerpo superara siempre al ritmo de desgaste tendría una gran ventaja sobre otras criaturas porque si además fuese inteligente, su experiencia la ayudaría a evitar todos los peligros y a sacar mejor provecho del medio ambiente. Pero hasta ahora no se ha originado. ¿Por qué?
Nosotros los humanos somos mente y cuerpo. Sabemos que le sucede al cuerpo cuando envejece, pero ¿qué sucede cuando nuestra mente envejece? La demencia senil o el Alzheimer no son daños de la mente sino del propio cuerpo.
Durante la vida el ser humano acumula experiencias positivas y negativas, ha formado patrones de pensamiento, tiene bloqueos mentales, no acepta ciertos cambios, etc., luego viene la pregunta: ¿nuestra mente está preparada entonces para vivir eternamente? No lo creo, nuestros odios, rencores, resentimientos, traumas, bloqueos, odios, y un largo etc. se acumulan lentamente como el colesterol malo en nuestras arterias. ¿Soportaríamos vivir con pensamientos negativos acumulables eternamente? Sería un infierno, inclusive si recurriéramos a meditación Zen, o técnicas de relajación mental, siempre quedará un efecto residual que se irá acumulando y cuando pasen años y años, este efecto residual colapsará nuestra mente. La muerte se vuelve entonces un descanso, el punto final a todo eso.
Cuando la vida artificial tenga éxito y su evolución sea en extremo acelerada generando criaturas más y más inteligentes, ¿qué pasará con estos organismos? ¿la muerte hará parte de sus vidas? ¿cómo combatirán el envejecimiento mental? ¿y si se volvieran eternos? ¿Es la muerte una ventaja evolutiva para la especie, aunque sea un efecto negativo para el organismo en sí?