Cuando se lanza un nuevo producto al mercado, si este tiene éxito, la empresa puede obtener grandes ganancias ya que tiene temporalmente el control del mercado. Esto durará hasta que un competidor imite el producto con un precio menor. Para evitar la imitación las empresas recurren a las patentes o las marcas registradas, pero si el producto es genérico (no cubierto con una patente o esta finalmente se vence), entonces el nacimiento de competidores es algo inminente.
Para lanzar un nuevo producto, las empresas requieren invertir en investigación y desarrollo. El lanzamiento de nuevos productos exitosos requiere de tiempo, suerte (el lugar preciso en el momento preciso) y le preceden una larga lista de productos que no vieron la luz.
¿Puede la evolución tener un comportamiento similar? Una división de investigación y desarrollo en una empresa requiere la intervención de la inteligencia humana, no son productos al azar.
Como sucede en el mercado, nuevos competidores salen con productos similares y en ocasiones son capaces de mejorar y superar el producto original y disminuir el precio.
Se observa un comportamiento inteligente, tanto en el nacimiento de un nuevo producto como la imitación o mejora y menores costos.
Inteligencia y Evolución: ¿Caminan jutas? El lío es que la inteligencia es producto de la evolución, pero ¿puede la evolución misma beneficiarse de la inteligencia? Es decir, ¿un proceso puede mejorarse a sí mismo gracias a un producto que este mismo proceso construyó?